El cannabidiol (CBD) es el compuesto cannabinoide no psicotrópico más prometedor de los últimos años debido a su diverso potencial medicinal y terapéutico, entre los cuales se tienen efectos antioxidantes, anti psicóticos, ansiolíticos y antitumorales.
El CBD fue aislado originalmente en 1940 y su estructura y estereoquímica fueron determinadas en la década de 1960 por Adams et al y Mechoulam et al. Se propuso originalmente que el CBD funciona como un modulador negativo alostérico (antagonista) en los receptores CB1 y CB2. Otros estudios han identificado la promiscuidad farmacológica del CBD [Campos et al, 2012; De Petrocellis y Di Marzo, 2010; Pertwee, 2009]. Cada vez hay más pruebas de que el CBD produce muchos de sus efectos in vivo mediante interacciones facilitadores con receptores de serotonina 1A (5-HT1A).
Por otro lado, también hay pruebas de la actividad del CBD en los receptores opiáceos y en los canales catiónicos potenciales de los receptores transitorios de vainilloide tipo 1 (TRPV1). El CBD también aumenta los niveles de AEA debido a la inhibición de la recaptación de AEA y la inhibición de FAAH.
A diferencia del THC, el CBD no tiene efectos psicotomiméticos y, en cambio, puede tener efectos antipsicóticos. El CBD también puede tener efectos clínicos potenciales sobre los trastornos de ansiedad, los trastornos del movimiento, el dolor neuropático, la epilepsia y algunos tipo de cáncer, así como efectos antiinflamatorios [Izzo et al, 2009]
En los últimos años ha crecido el interés por la investigación de este compuesto debido al descubrimiento de propiedades antioxidativas, antiinflamatorias y efectos neuroprotectores. Haciéndolo muy atractivo para el tratamiento de condiciones producidas por inflamación y estrés oxidativo, entre estas se incluyen la enfermedad de Parkinson, diabetes, artritis reumatoide, enfermedad de Alzheimer y lesiones por reperfusión isquémica.
Como se mencionó líneas arribas, todas estas propiedades y efectos se trajeron a la luz gracias al descubrimiento de cannabinoides endógenos dentro de nuestros cuerpos, que se acoplan, activan y regulan nuestro Sistema Endocannabinoide. Reportandose así mismo una farmacología diversa que incluye activación de receptores de serotonina, receptores acoplados a proteína G (GPR), potencial de receptores transitorios de los canales Ankyrin tipo 1 (TRPA1), vanilloide tipo 1 (TRPV1) y vanilloide tipo 2 (TRPV2), inhibición de la captación sináptica de norepinefrina, GABA, adenosina y dopamina, y estimuación de los receptores de Glicina α3 y α1.
Las plantas del género Cannabis son miembro de la familia Cannabaceae, entre las cuales se encuentran 3 principales especies:
Aquellas especies que cuentan con elevadas concentraciones de componentes psicotrópicos: Tetrahidrocannabinol (THC) y bajas concentraciones de componentes No psicotrópicos: CBD, son catalogadas como marihuana. Es por esto que a pesar que las plantas de marihuana se usen actualmente para aminorar algunos síntomas de enfermedades, su uso es principalmente recreacional.
Por otro lado, se tiene las condiciones opuestas: muy bajo THC y elevado CBD, en las plantas conocidas como ´Cáñamo Industrial´ o simplemente Cáñamo. Es interesante notar que, los estudios fuertemente sugieren que el CBD contrarresta los efectos psicotrópicos del THC.
Esta diferencia es crucial al momento de hacer las comparaciones acerca de las propiedades de cada planta.
Debido a que el cáñamo es una de las plantas más versátiles de la naturaleza, esta puede ser utilizada para:
Y la lista crece con nuevas investigaciones y desarrollo.
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