Cuando empecé a ir al gimnasio, estaba llena de entusiasmo. No me sentía a gusto conmigo misma cuando me miraba al espejo (por problemas de autoestima que no vienen al caso) y necesitaba bajar un poco de peso para sentirme un poco mejor.
A pesar de mis ganas y de mi motivación, terminó siendo una experiencia mucho más frustrante de lo que pensaba que iba a ser en un principio. No sabía exactamente qué ejercicios hacer, me sentía perdida entre tantas máquinas… y lo peor de todo: me lesioné. Casi me partí el manguito rotador del hombro derecho.
Esa lesión fue un punto de inflexión que me llevó a replantearme mi forma de entrenar… que, por falta de conocimientos, era evidente que no era la adecuada. Entonces, decidí probar el entrenamiento personalizado. Y puedo decir, sin lugar a dudas, que esa decisión marcó una gran diferencia.
Entrenamiento en el gimnasio
Ir al gimnasio es, probablemente, la opción más popular cuando se trata de hacer ejercicio. Es accesible, flexible y está al alcance de casi todo el mundo.
Pero, ¿realmente es la mejor opción?
Ventajas del gimnasio
- Variedad en el equipamiento: La mayoría de los gimnasios cuentan con una amplia gama de máquinas y pesas que permiten trabajar diferentes grupos musculares. Esto es ideal si buscas un entrenamiento variado.
- Horarios flexibles: Muchos gimnasios abren desde muy temprano por la mañana hasta muy tarde, lo que te permite entrenar cuando mejor te convenga. Esto lo hacen por aquellas personas que trabajan o que tienen responsabilidades, así que tienes variedad de opciones.
- Ambiente motivador: Estar rodeado de otras personas que también están trabajando en sus objetivos puede ser motivador.
- Precio relativamente bajo: En general, una membresía de gimnasio suele ser más económica que contratar a un entrenador personal.
- Clases dirigidas: En muchos gimnasios, ponen clases dirigidas para personas que no saben muy bien cómo entrenar. Además de ser más divertido, te ayuda a diversificar el entrenamiento.
Desventajas del gimnasio
- Falta de orientación: Una de las mayores dificultades que encontré fue no saber cómo usar correctamente el equipo o qué ejercicios eran los adecuados para mis objetivos, sobre todo por mi inseguridad de hablar con la gente. Pero esto se resuelve preguntando a los monitores de sala.
- Riesgo de lesiones: Si no tienes una buena técnica o sobrecargas tu cuerpo, podrías lesionarte (como me pasó a mí).
- Falta de personalización: Los planes genéricos que puedes encontrar en internet o en el propio gimnasio no siempre se adaptan a tus necesidades específicas.
- Desmotivación: Sin una guía clara, es fácil sentirte abrumado o desmotivado y abandonar.
Entrenamiento personalizado
Contratar a un entrenador personal fue, sin duda, un cambio radical en mi forma de entrenar.
Al principio, estaba un poco escéptica porque pensaba que era un lujo innecesario. Sin embargo, pronto me di cuenta de que no solo valía la pena, sino que también era una inversión en mi salud y bienestar.
Ventajas del entrenamiento personalizado
- Atención individualizada: Un entrenador diseña un plan específico para ti, y tiene muy en cuenta tus objetivos, estado físico, y cualquier limitación que puedas tener, ya sean lesiones o nivel de entrenamiento.
- Técnica y prevención de lesiones: Aprendes a realizar los ejercicios correctamente, lo que reduce drásticamente el riesgo de lesiones.
- Motivación constante: Tener a alguien que te acompañe y te motive marca una gran diferencia, sobre todo en esos días en los que cuesta encontrar energía.
- Seguimiento de progreso: Un entrenador no solo te ayuda a avanzar, sino que también mide tus logros y ajusta el plan según tus avances.
- Adaptabilidad: Si tienes una lesión o alguna condición especial, el entrenamiento se adapta para que sigas avanzando de manera segura.
Desventajas del entrenamiento personalizado
- Precio más elevado: Esta es, sin duda, la principal desventaja. Contratar a un entrenador personal puede ser considerablemente más caro que pagar una membresía de gimnasio… pero merece la pena, sin duda.
- Disponibilidad limitada: Los horarios del entrenador pueden no siempre coincidir con los tuyos.
- Compromiso: Requiere una mayor dedicación, tanto en tiempo como en esfuerzo.
Todo lo que necesitas saber sobre los entrenadores personales
¿Quién es un entrenador personal?
Un entrenador personal es un profesional capacitado en diseñar y supervisar planes de entrenamiento adaptados a las necesidades individuales.
Su objetivo principal es ayudarte a alcanzar tus metas de forma segura y eficiente, teniendo en cuenta tu condición física, objetivos y posibles limitaciones.
¿Cómo trabajan los entrenadores personales?
Los entrenadores personales realizan una evaluación inicial para entender tu nivel de aptitud física, tus objetivos y cualquier problema de salud que deba considerarse. A partir de esta evaluación, diseñan un plan de entrenamiento completamente personalizado. Además, supervisan tus sesiones, corrigen tu técnica y ajustan los ejercicios según tu progreso.
Por ello, desde Qure Madrid, entrenadores y nutricionistas profesionales, nos explican que lo primordial es elaborar un plan de seguimiento de la persona para que no solo avance en su condición física, sino para que la propia persona vea sus avances y siga motivado para ello.
Beneficios de contratar a un entrenador personal
- Resultados más rápidos: Al trabajar con un plan adaptado a ti, los resultados suelen ser más efectivos que siguiendo un programa genérico.
- Educación: Aprenderás la forma correcta de entrenar, lo que te será útil incluso si decides entrenar por tu cuenta en el futuro.
- Motivación y disciplina: Un entrenador te ayuda a mantenerte enfocado y comprometido.
- Prevención de lesiones: Con su supervisión, reduces el riesgo de realizar ejercicios de forma incorrecta.
Tipos de entrenadores personales
- Especializados en rehabilitación: Ideales si estás recuperándote de una lesión.
- Deportivos: Se enfocan en mejorar tu desempeño en un deporte específico.
- De fuerza y acondicionamiento: Perfectos para quienes quieren ganar músculo o mejorar su resistencia.
- Entrenadores de bienestar: Ayudan a combinar el ejercicio con hábitos saludables para mejorar tu calidad de vida.
Consideraciones al elegir un entrenador personal
- Certificaciones: Asegúrate de que esté certificado por una entidad reconocida.
- Experiencia: Busca referencias o reseñas de otros clientes.
- Empatía: Es importante que te sientas cómodo con tu entrenador, ya que trabajarán de cerca.
- Flexibilidad horaria: Verifica que sus horarios se adapten a los tuyos.
Planes de entrenamiento para cada opción
Ahora que hemos analizado las ventajas y desventajas, veamos cómo podría ser un plan de entrenamiento en cada caso.
Entrenamiento en el gimnasio
Si decides entrenar en el gimnasio por tu cuenta, es importante que tengas un plan claro para evitar lesiones y obtener buenos resultados. Un ejemplo de plan básico podría ser:
- Día 1: Piernas (sentadillas, extensiones de pierna, curl femoral, prensa de piernas).
- Día 2: Espalda y bíceps (dominadas asistidas, remo con barra, curl de bíceps con mancuernas).
- Día 3:
- Día 4: Pecho y tríceps (press de banca, fondos asistidos, extensiones de tríceps).
- Día 5: Hombros y core (press militar, elevaciones laterales, plancha, crunches).
- Día 6 y 7: Descanso o cardio ligero.
Recomendaciones:
- Esto solo son CONSEJOS. Lo mejor que puedes hacer es hablar con una persona del gimnasio que entienda del tema y pedirle que, los primeros días, te elabore un plan de entrenamiento adaptado a tus necesidades físicas. No te la juegues, porque una lesión puede parar tu entrenamiento meses… y, si eso sucediese, ¿quién sabe si tendrías la motivación de volver a empezar tras tanto tiempo?
Entrenamiento personalizado
Con un entrenador personal, el plan es completamente diferente porque está adaptado a ti.
Por ejemplo, cuando empecé con mi entrenador, mi plan inicial fue así:
- Día 1: Circuito de fuerza para trabajar todo el cuerpo con ejercicios adaptados a mis limitaciones por la lesión.
- Día 2: Descanso activo (paseos, yoga ligero).
- Día 3: Entrenamiento de resistencia con pesas moderadas y enfoque en la técnica.
- Día 4:
- Día 5: Sesiones de movilidad y fortalecimiento del core.
- Día 6: Entrenamiento de alta intensidad (HIIT) adaptado a mis capacidades.
- Día 7: Descanso completo.
Mi entrenador se aseguró de que cada ejercicio estuviera bien explicado y supervisado. Además, ajustó el plan cada pocas semanas según mi progreso.
Entonces, ¿cuál es la mejor opción para ti?
Pues va a depender en gran medida de lo que tengas traído ya de veces anteriores o de tu nivel de entrenamiento. Incluso de tus propios objetivos.
- Si tienes experiencia y sabes cómo entrenar adecuadamente, el gimnasio puede ser una opción asequible y efectiva.
- Pero si, como yo, sientes que necesitas guía, motivación y un enfoque personalizado, un entrenador personal puede marcar una gran diferencia.
Piensa, por supuesto, en tus objetivos y presupuesto. Quizás puedas alternar entre ambas opciones: empezar con un entrenador para aprender las bases y luego continuar en el gimnasio por tu cuenta.
Recuerda que lo más importante es que disfrutes el proceso y que te cuides. Entrenar debe ser algo que te haga sentir bien, no una fuente de frustración o dolor. Si estás dudando, te animo a que pruebes al menos una sesión con un entrenador personal.
¡Podría ser justo lo que necesitas para alcanzar tus metas de forma segura y efectiva!