A los 40, lo último que esperas es que te salga una muela del juicio. Ya has pasado la época en la que suelen dar guerra, así que cuando notas dolor al fondo de la boca, lo normal es pensar en cualquier otra cosa. Pero sí, puede ser eso. Aunque suene raro, hay muchas personas a las que estas muelas les empiezan a molestar bastante tarde.
No es algo grave, pero tampoco conviene dejarlo pasar. A esta edad, los problemas que pueden dar las muelas del juicio son algo más complicados y conviene actuar a tiempo.
¿Por qué pueden salir las muelas del juicio a partir de los 40?
La clínica dental Ubierna, expertos en ortodoncia transparente en Burgos, nos explica lo siguiente: “Es poco frecuente, pero sí, puede pasar. Hay personas a las que nunca les llegaron a erupcionar en la adolescencia y, por distintos motivos, lo hacen más tarde. Cambios en la mandíbula, movimientos dentales o incluso traumatismos pueden desencadenarlo”.
O sea, que, aunque lo normal es que salgan entre los 17 y los 25 años, hay personas en las que este proceso se retrasa mucho más. El motivo principal suele ser la falta de espacio: si tu boca no tenía hueco suficiente, las muelas del juicio se han quedado ahí, esperando su momento. Algunas se desarrollan, pero no logran salir; otras, directamente, no llegan a formarse del todo. Y otras muchas se quedan ahí dentro hasta que un cambio las activa.
Este cambio puede venir por un movimiento en la dentadura, por la pérdida de alguna otra pieza que deje espacio libre o, simplemente, porque el cuerpo ha decidido que ya es hora. También influye la genética: si tus padres o hermanos pasaron por lo mismo, tú puedes acabar igual. A veces no hay una razón concreta, sencillamente ocurre.
Cómo saber si te está saliendo una muela del juicio
Si nunca tuviste problemas con ellas y de repente notas molestias en la parte trasera de la boca, vale la pena estar atento. No todos los síntomas se presentan de golpe ni todos son evidentes al principio. Algunos pueden confundirse con otras cosas: un dolor muscular, una encía inflamada, incluso una simple llaga.
Estos son los síntomas más comunes:
- Dolor persistente en la zona posterior de la mandíbula, a un lado o a ambos.
- Presión o sensación de empuje en los dientes cercanos.
- Inflamación o enrojecimiento de la encía por detrás del último molar.
- Dificultad para abrir bien la boca o para masticar alimentos duros.
- Dolor de cabeza o molestias en el oído del mismo lado.
- Halitosis (mal aliento) o mal sabor de boca, sobre todo si hay infección.
- Fiebre leve o sensación de malestar general si se complica.
No tienes que tenerlos todos para sospechar. A veces, el único signo es una molestia al masticar o al cepillarte esa zona. El problema es que, con el paso del tiempo, lo que empieza como algo leve puede complicarse. Por eso es importante no dejarlo pasar.
Qué problemas puede causar una muela del juicio a esta edad
A partir de los 40, la salida de una muela del juicio no suele ser tan sencilla como en edades más jóvenes. La encía está más dura, los huesos han terminado de crecer, y los dientes vecinos llevan años bien asentados. Esto puede hacer que la muela salga torcida o que no llegue a salir del todo.
En estos casos pueden aparecer complicaciones:
- Infecciones recurrentes en la encía, conocidas como pericoronaritis.
- Caries en la muela del juicio o en la muela de al lado, por acumulación de restos que no se pueden limpiar bien.
- Quistes o daño en el hueso si la muela está completamente retenida.
- Desplazamiento de otros dientes, que afecta a la mordida o incluso a la estética.
- Inflamación crónica o dolor de mandíbula, sobre todo si hay compresión del nervio.
No siempre se llega a estos extremos, pero conviene estar alerta. A esta edad, los tratamientos también pueden complicarse si hay enfermedades previas, problemas de encías o pérdida de hueso. Por eso, lo más sensato es no esperar a que duela mucho para actuar.
¿Qué hacer si notas alguno de estos síntomas?
Lo primero es pedir una cita con un profesional que pueda hacerte una radiografía panorámica. A simple vista, no siempre se ve si la muela está saliendo, si está retenida o si ya está causando algún daño por dentro. Una buena revisión permite saber si conviene esperar, vigilar o extraerla.
En algunos casos, si la muela está saliendo bien, no da problemas y tiene espacio, se puede dejar. Solo hay que hacer limpiezas más frecuentes y vigilar su evolución. Pero si está mal colocada o causa dolor, lo más habitual es extraerla.
Hay personas que intentan aliviar los síntomas con enjuagues, analgésicos o antibióticos. Estos pueden ayudar puntualmente, pero no solucionan el problema de fondo. Si la muela no tiene espacio para salir o está empujando a las demás, la solución casi siempre pasa por sacarla.
¿Es más difícil extraer una muela del juicio a partir de los 40?
No necesariamente, pero sí requiere más cuidado. A esta edad, el hueso es más denso y la raíz suele estar más desarrollada. Esto puede hacer que la extracción sea un poco más lenta o que se necesite cirugía en lugar de una simple extracción.
Además, si tienes problemas médicos previos (como diabetes, hipertensión o toma de anticoagulantes), hay que valorar bien el procedimiento y preparar todo con más atención. Lo normal es que el profesional te pida análisis previos y te explique los pasos con calma.
La recuperación también puede ser un poco más lenta que en una persona de 20 años, pero si sigues las indicaciones, no tiene por qué haber complicaciones. En la mayoría de los casos, en unos días se puede hacer vida normal.
Consejos para sobrellevar la salida de una muela del juicio
Mientras decides qué hacer o esperas la consulta, hay algunas cosas que pueden ayudarte:
- Mantén una buena higiene bucal, incluso si te molesta. Cepilla con suavidad y usa colutorios sin alcohol.
- Aplica frío en la zona si hay inflamación o dolor. No pongas calor, ya que puede aumentar la hinchazón.
- Evita alimentos duros o muy calientes, que puedan irritar la zona.
- No te automediques con antibióticos sin receta. Si necesitas algo para el dolor, un ibuprofeno o paracetamol pueden ayudar, pero no lo conviertas en rutina.
- No ignores la molestia esperando que desaparezca sola. Cuanto antes lo consultes, mejor.
¿Qué pasa si la muela no llega a salir?
Hay veces en las que la muela se queda retenida bajo la encía o el hueso, y no termina de salir. Esto puede parecer inofensivo, pero no siempre lo es. A largo plazo, una muela retenida puede formar un quiste, empujar otras piezas o provocar infecciones.
Por eso, incluso si no duele, conviene saber si está ahí y en qué posición. En algunos casos, se decide dejarla si no hay riesgo. En otros, se recomienda extraerla antes de que cause problemas mayores.
¿Hay algo que se pueda hacer para prevenirlo?
En realidad, no puedes evitar que te salga una muela del juicio, pero sí puedes evitar que te pille desprevenido. Lo mejor es hacer revisiones periódicas, incluso si crees que está todo bien. Con una radiografía se puede ver si tienes muelas del juicio que aún no han salido y en qué estado están.
A partir de los 40, la salud bucodental empieza a cambiar, aunque no lo notes. Hay más riesgo de enfermedades en las encías, pérdida de hueso y otros problemas que pueden hacer que una muela del juicio dé la cara de forma inesperada.
Por eso es buena idea hacerse una revisión general cada año, o antes si notas alguna molestia. La prevención es lo único que realmente te ahorra problemas a largo plazo.
Cuando la extracción es la mejor opción
Si el profesional ve que la muela no tiene espacio, está saliendo mal o ya ha empezado a dañar la encía o los dientes cercanos, lo más recomendable es extraerla. A veces se hace con anestesia local, y otras con sedación si lo prefieres.
Aunque a nadie le gusta la idea de una cirugía, lo cierto es que la mayoría de estas intervenciones son rápidas y tienen muy buena recuperación. Lo importante es hacerlo antes de que el problema sea más grande. Esperar solo complica las cosas.
Después de la extracción, tendrás que seguir unas pautas básicas: evitar fumar, no escupir con fuerza, tomar los medicamentos que te manden y descansar uno o dos días. Nada demasiado complicado, pero que marca la diferencia.
Lo mejor es actuar a tiempo
Puede que te sorprenda descubrir que, con más de 40 años, todavía te salgan muelas del juicio. Pero es algo que pasa más de lo que parece. Lo importante es saber identificar los síntomas y no restarle importancia.
Un dolor en la parte trasera de la boca, una inflamación leve o una sensación de presión pueden ser señales claras de que algo se está moviendo ahí dentro. No lo dejes para después. Con una revisión sencilla puedes saber exactamente qué ocurre y decidir qué hacer.
No se trata de correr al dentista por cualquier cosa, pero sí de no ignorar lo que te molesta. Cuanto antes lo mires, más fácil será solucionarlo. Nadie quiere pasar por una extracción complicada, y menos cuando se podría haber evitado. Así que, si te notas raro en esa zona, hazte un favor y míratelo. A los 40, ya no estás para ir improvisando con la salud dental.