Las saunas son unos lugares de reposo que llevan con nosotros cientos de años, pero seguro que nadie te ha contado los muchos beneficios que tienen para tu estado físico. Todo ello lo saben muy bien en países como Finlandia, dónde, como decían en la Guía El Viajero de El País, es toda una religión que practican 3,3 millones de los 5,5 millones de personas que viven en el país del norte de Europa.
Aunque están asociadas a momentos de relajación, también se relacionan con la vida sana. Si quieres saber más sobre ellas y los grandes beneficios que tienen para la salud, te lo contamos a continuación para que no tengas dudas al respecto y te animes a visitarlas si todavía no lo has hecho.
Se pierde peso
El pasar tiempo en la sauna es bueno, porque ayuda a que se pierda peso, aumentando la intensidad del metabolismo del cuerpo. Yo he perdido unos 9 kilos en los 7 meses que llevo acudiendo, además de haber comenzado a andar todos los días. Si pensabas que solo por ir y sentarte y ponerte a sudar ya estabas quemando calorías, estabas en lo cierto.
Tonifica los músculos
En la sauna, tal y como nos han confirmado Saunas Luxe, fabricantes de éxito de saunas a medida, la labor que hacen de tonificación de los músculos es como si hicieses dos centenares de abdominales antes de salir a hacer running. Además, las saunas también ayudan a bajar la presencia de grasa en nuestro cuerpo, reduciendo la celulitis y aliviando, tanto, el dolor como la fatiga de las articulaciones. Doy fe de que acudir a la sauna te pone fuerte como un toro, aunque pueda parecer una práctica tranquila, no te dejes engañar por las apariencias.
Mejora la circulación
En el caso de que tengas problemas de carácter cardiovascular, el ingresar en una terapia de sauna es posible que sea de las mejores opciones de cara a frenar cualquier clase de riesgo coronario. El ritmo del corazón aumenta y los vasos sanguíneos se van a ensanchar, por lo que aumentará la circulación en este sentido.
Todo esto nos puede llevar a una reducción del dolor de los músculos, mejorando el movimiento de las articulaciones y aliviándose los dolores de patologías como la artritis. El calor también promueve la relajación, de tal forma que vas a lograr una sensación placentera de bienestar.
Estar sometido a estas elevadas temperaturas termina haciendo que los vasos sanguíneos tengan más flexibilidad y se logre una oxigenación total de los tejidos del cuerpo. Cuando acudimos a una sauna, mejoran las dolencias en el terreno respiratorio, caso de la bronquitis o la congestión de pecho, puesto que se drenan de manera natural los senos paranasales.
Elimina patógenos
La utilización centenaria de la sauna en un mundo donde no había antibióticos ni conocimientos sobre esterilización, era fundamental, puesto que las saunas eran las que luchaban contra las propias bacterias. En países como Finlandia o Rusia bastantes mujeres llegaban a dar a luz dentro de ellas.
Algo que es importante tener en mente es que aumentar la temperatura del cuerpo es una defensa natural del mismo. La fiebre, como nos dicen en la Clínica Universidad de Navarra, no es un efecto colateral de la propia patología, sino la cura. Por este motivo, la sauna es buena elección cuando se tiene un resfriado, el cual se produce por infecciones leves.
Combate el estrés y también la depresión
Estar expuesto a elevadas temperaturas, encerrado en una sauna, es ideal para que se reduzca el estrés del día a día y que experimentes cotas mayores de relajación. Es parecido a llegar a casa y que te des un baño de espuma con una copa de vino bueno. Si existe el paraíso, podría ser algo parecido. Las saunas, al final, son unos encierros voluntarios que se han pensado para la mejora de la salud mental de las personas, siendo un exilio de calor en medio de la rutina.
Ayuda a vivir más
Con lo que debes quedarte, que es lo más importante, es que todos estos beneficios de los que hemos hablado en el artículo al final convergen en un solo resultado de lo más positivo: una vida de mayor salud y longevidad. Esto es lo que dice un estudio que se realizó en el este de Finlandia que se ha hecho en más de 2315 hombres de mediana edad que demostraba que cuanto más se visita la sauna, menor mortalidad hay. Por todo ello, si vas a una sauna, vas a poder morir de bastantes cosas, pero lo más seguro es que sea ya tarde y no por una enfermedad del corazón.