¿Qué ortodoncia te viene mejor?

Adolescente con ortodoncia.

La ortodoncia invisible, Invisalign, ha puesto de actualidad los tratamientos de ortodoncia. Algunas personas que no profesaban una especial simpatía por estas intervenciones se han decidido a solicitar un tratamiento de este tipo. Sin embargo, todos los tratamientos no son adecuados para todos los casos. Evaluamos los tipos de ortodoncia más utilizados.

Todos los tratamientos de ortodoncia tienen sus pros y sus contras. La ortodoncia invisible es apreciada por su efecto estético y su comodidad. Son correctores plásticos, fáciles de llevar, que te los puedes quitar para comer, beber o lavarte los dientes, pero no resultan efectivos en los casos más complejos.

Los aparatos de brackets, son resolutivos y duraderos. Con ellos puedes resolver prácticamente todos los problemas de la mala alineación y mala oclusión dentaria. A pesar de ello, son un elemento incómodo de llevar. Para muchos usuarios es un mal necesario que deben llevar consigo durante unos meses porque no queda otro remedio.

Los brackets cerámicos, basados en el funcionamiento de la ortodoncia tradicional, y donde los brackets en lugar de ser metálicos están fabricados con materiales cerámicos como el circonio, dan una mejor apariencia estética. A pesar de ello, son más frágiles y fáciles de romper.

Tenemos diferentes opciones en cuanto a los tratamientos de ortodoncia. Pero el criterio determinante que debe guiar nuestra elección no debe ser el estético, ni nuestras preferencias personales, sino aquel que mejor resuelva el problema dental que tenemos y el que mejor se adapte a nuestras características (madurez, responsabilidad, estado de salud, etc.)

Nuestra idiosincrasia es importante, usar correctores de ortodoncia invisible implica un nivel de responsabilidad en cuanto al uso de los alineadores y la higiene dental que los desaconseja para niños y adolescentes.

Te invito a que me acompañes a hacer un recorrido por los tratamientos de ortodoncia más utilizados.

La ortodoncia invisible.

Los ortodoncistas de Smile me, una clínica dental de Alcobendas dirigido por la doctora Lucía Mourín que lleva más de 15 años trabajando en odontología y ortodoncia, indican que la ortodoncia invisible es un tratamiento personalizado basado en las últimas tecnologías. Esto permite adaptarse a la problemática concreta del paciente y atender a sus particularidades.

La ortodoncia invisible se ha podido desarrollar gracias a avances tecnológicos como el escáner dental. Este escáner reproduce en el ordenador una réplica exacta en 3D de la dentadura del paciente. La cual, además de servir de molde, por así decirlo, para fabricar las férulas correctoras, le sirve de modelo al ortodoncista para ir guiando el tratamiento, de manera que se lleven los dientes mal colocados a la posición adecuada.

Este tipo de ortodoncia no es adecuado para tratar casos de maloclusión severos o aquellos en los que es necesario mover una gran cantidad de piezas dentales.

Para tratar problemas como la mordida cruzada o la sobremordida, donde hay que intervenir en el encaje de la arcada en la estructura mandibular, la eficiencia de este novedoso tratamiento es bastante limitada.

Tampoco es el tratamiento más indicado cuando tenemos que mover una gran cantidad de piezas dentales como sucede con un apiñamiento. O cuando hay que ejercer una alta presión sobre un diente en concreto, como para enderezar un diente girado.

Por el compromiso del paciente con el tratamiento, también se desaconseja en niños y adolescentes. Hay que tener en cuenta que el usuario debe quitarse la férula y guardarla en su caja, cada vez que beba o coma algo. Inmediatamente después, deberá lavarse los dientes y enjuagar el protector con agua tibia antes de colocárselo. Para que sea efectiva, la ortodoncia invisible hay que llevarla un mínimo de 22 horas al día. El paciente no se debe despistar en esta cuestión.

Todo esto es un nivel de responsabilidad añadida al que no es necesario someter a los más jóvenes cuando existen otros tratamientos menos exigentes.

La ortodoncia de brackets.

La ortodoncia de brackets sigue siendo el tratamiento más eficaz para resolver la mayor parte de los problemas de ortodoncia. Con ella podemos corregir el apiñamiento dental, la separación excesiva entre los dientes, o recolocar aquellos dientes que han emergido por un lugar de la encía que no es el correcto.

Con este sistema podemos corregir problemas como la oclusión abierta, la mordida cruzada, la sobremordida, etc. Su nivel de presión sobre los huesos alveolares es mayor. Una presión que el ortodoncista puede regular en función de las necesidades y evolución del paciente.

Este tipo de ortodoncia ha experimentado una serie de avances significativos en los últimos años que la hacen más duradera, con una mejor apariencia estética y mejor regulable.

Se han desarrollado los brackets de autoligado. Unos brackets que no necesitan de una goma para unirse al alambre regulador, sino que lo hacen por medio de una cámara hueca que llevan incorporada.

También se han desarrollado los brackets fabricados con materiales cerámicos como el zirconio, que por su color blanco pasan más desapercibidos, o los brackets termoplásticos, que son traslúcidos.

Aparte de la incomodidad, desde mi punto de vista, el problema principal de este sistema está en la higiene dental. Es fácil que llevando estos aparatos se queden restos de comida atrapados en el aparato o que la placa bacteriana se concentre alrededor de los brackets aumentando la posibilidad de que aparezcan caries.

Esto nos puede suceder aunque sigamos una escrupulosa rutina de higiene dental. Cepillarse los dientes con los brackets es complicado.

La ortodoncia lingual.

La ortodoncia lingual es una técnica de ortodoncia en el que el aparato se coloca en la parte trasera de los dientes, por lo que no es visible desde el exterior.

La web Top Doctors subraya que con este tratamiento se pueden corregir todos los problemas de desalineación dental con una alta previsibilidad de los resultados.

Con esta ortodoncia se pueden corregir dientes apiñados, diastemas, dientes torcidos, etc.

Estos aparatos de ortodoncia se fabrican a medida, partiendo de una simulación por ordenador de la dentadura del paciente, aplicando un modelo de dientes enderezados. Las últimas tecnologías han permitido perfeccionar un tratamiento como este que ya existía desde hace décadas. Igual que sucede con la ortodoncia invisible, el ortodoncista para planificarlo utiliza medios digitales de diagnóstico por imagen como el escáner dental.

El principal inconveniente de este tratamiento, en palabras de algunos usuarios que la han utilizado, es la incomodidad. Los pacientes notan un aparato extraño en la parte interna de la boca que les puede producir roces y heridas en la lengua. Les resulta extraño comer y hablar. Ya que muchos fonemas los pronunciamos apoyando la lengua en los dientes.

Estas son molestias que desaparecen con el tiempo. Poco a poco el paciente se acostumbra a llevar el aparato.

El otro hándicap de la ortodoncia lingual es su alto coste. Es una técnica más costosa que los otros tratamientos de ortodoncia, ya que hay que confeccionar un aparato complejo totalmente personalizado.

Algunas fuentes que hemos consultado también indican que este aparato es más difícil de ajustar que los aparatos de brackets tradicionales. Lo que requiere un mayor control y conocimiento por parte del especialista.

La higiene dental es el otro inconveniente que nos presenta este sistema. Al estar colocado en la parte de atrás de la arcada es más difícil de limpiar. Esto puede hacer que la placa bacteriana se concentre en lugares de difícil acceso. Por lo general, este tratamiento se desaconseja en paciente con enfermedades periodontales.

La ortodoncia en niños.

Si bien los tratamientos de ortodoncia se suelen aplicar a partir de los 11 años, momento en el que la dentadura definitiva ya se ha configurado en lo fundamental, el doctor Simón Pardiñas señala en la revista Gaceta Dental que hay determinados casos en los que es interesante aplicarlos entre los 7 y 10 años de edad.

La ortodoncia en niños tiene un carácter interceptivo. Con ella se pretenden prevenir problemas que ya se vislumbran con la dentadura de leche y que se pueden agravar en un futuro.

Con estos tratamientos se corrigen mordidas cruzadas, se expanden arcadas o se resuelven problemas relacionados con la estructura maxilofacial del niño que van a interferir en una formación inadecuada de la dentadura definitiva.

En la actualidad, algunos ortodoncistas que trabajan con niños, utilizan aparatos dentales removibles, que se ajustan a los dientes a través de ganchos y que son fáciles de manejar, incluso por los niños que lo llevan.

Dependiendo del dispositivo, algunos de ellos ni tan siquiera es necesario llevarlos todo el día. Basta con tenerlo puesto durante unas horas. Lo cual mejora la tolerancia por parte del niño.

Estos tratamientos tienen una duración de entre 12 y 18 meses y el objetivo es favorecer el crecimiento correcto de los dientes, y sobre todo de los maxilares, y evitar problemas y tratamientos de ortodoncia que ya se auguran como seguros.

Como hemos visto, unos tratamientos de ortodoncia son adecuados para resolver algunos problemas, pero son insuficientes para otros. Cada tratamiento tiene sus complicaciones y molestias. Lo importante a la hora de elegir el tratamiento adecuado es valorarlo en su conjunto y, sobre todo, pensar en el problema de salud que necesitamos resolver.

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